El acueducto de Noáin

En 1699 Pamplona tenía un grave problema. No había agua corriente y la gran sequía podía favorecer la aparición de epidemias. Se decidió la construcción de una traída de aguas, y tras fracasar varios proyectos, se contrató al ingeniero Ventura Rodríguez, que tenía una gran fama en Madrid.

El agua salía de un manantial de Subiza. Luego iba por unos conductos subterráneos hasta que llegaba al Valle de Elorz. El Acueducto se construyó para que el agua salvase el desnivel entre las sierras de El Perdón y de Tajonar. De aquí iba a Mendillorri, a través de cañerías, y así llegaba a las fuentes públicas que había en Pamplona. Esta conducción se inauguró en 1790. El maestro de obras fue Santos Ángel Ochandátegui.

El acueducto medía 1250 metros, y tenía 97 arcos. Los mayores arcos medían 18 metros de alto y 8,5 de ancho.

En 1858 se unieron dos arcos, derribando un pilar. Se hizo así un arco más grande para dejar pasar al tren, que debía atravesar el Valle. Se creyó que las vibraciones acabarían por resquebrajar el acueducto, pero afortunadamente esto no ocurrió.

En 1895 se empezó a llevar agua a Pamplona desde Arteta, con lo que el Acueducto perdió su protagonismo. En el año 1939 el Ayuntamiento lo cedió a la Diputación para que lo conservara. Por desgracia se estropeó y se derrumbó en parte, y aunque fue restaurado en 1934, en 1974 se destruyeron dos arcos para dejar pasar la autopista.

Hace poco, con motivo de II Centenario de su construcción, fue declarado Bien Cultural. Esto garantiza que se conservará y reparará, porque es una obra característica de la arquitectura neoclásica en Navarra.

 

Iglesia de San Miguel

En el exterior hay una torre del gótico, en la que está incluida la primitiva espadaña románica. También hay un pórtico construido en el siglo XVIII, y bajo él una puerta gótica. Tiene ésta un arco apuntado, con arquivoltas y capiteles con hojas de roble a la derecha, que en el lado izquierdo son de vid.

En el interior, la nave gótica tiene tres tramos y cabecera de forma poligonal. La bóveda es de crucería.

En el siglo XVI, se construyeron dos capillas laterales así como la sacristía y el coro. Este está decorado con cabezas, ángeles, racimos de uva, pájaros y jabalís. La bóveda de debajo del coro es estrellada, y lleva “serafines” en las claves.

Tuvo unos retablos laterales hechos por Martín Echeverría en el siglo XVII, pero fueron quemados en la Guerra de Sucesión. En el siglo XVIII, se puso un retablo barroco, hecho por Joseph Corral, pero lo quemaron los franceses, salvándose sólo el San Miguel. Estas dos imágenes, la Virgen del Rosario y San Miguel, se conservan en la iglesia nueva de Noáin.

La iglesia vieja se cerró al culto en 1983, al inaugurarse la nueva. Fue restaurada en 1990.

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